Ruta del Cares

La Ruta del Cares transcurre en los Picos de Europa, una de las zonas montañosas más bellas de España. Situada entre la provincia de León y Asturias, la Ruta del Cares aprovecha el excelente paisaje que el propio río Cares ha creado sobre la cordillera. No es de extrañar que sea conocida como la Garganta Divina, la belleza de la zona junto al fantástico recorrido que se ha creado lo convierte en una excursión fantástica tanto para los más novicios como para los expertos en estas lides.

• Conociendo la ruta
El trayecto son aproximadamente 12 kilómetros conectando el pueblo de Caín en León y el pueblo de Poncebos en Asturias. A lo largo del camino hay distintos puntos donde podemos coger un taxi si las fuerzas flaquean, algo mucho más habitual de lo que podemos imaginar. Aunque es una ruta relativamente cómoda no debemos olvidar que son 12 kilómetros, una distancia que requiere cierto entrenamiento sobre todo si planeamos hacer tanto la ida como la vuelta.

Casi todo el camino es similar entre sí, con una anchura de más de 2 metros permitiéndonos andar sin preocupaciones. No significa que no debamos tomar precauciones, seguimos manteniéndonos por encima del Río Canes con caídas de vértigo. Aunque la escena esa idílica y podamos tomar algunas instantáneas espectaculares es mejor tener cuidado y tratar de ir acompañados si vamos a estar asomándonos por los bordes.

Podemos hacer la ruta con niños, aunque debemos vigilarles constantemente tanto para que no se asomen demasiado como para que no molesten a otras personas. A su vez, es legal ir con perros estando atados con correa corta en todo momento, pero no podremos acudir en bicicleta debicho a lo estrecho del camino. Como siempre, debemos primar el sentido común: si se cansan rápido o se aburren no pasa nada por acortar el recorrido.

La ruta del Cares es gratuita y libre, pudiendo iniciarla cuando queramos.

• Consejos para lograr la mejor experiencia
Disponer de un buen calzado es fundamental. Se recomienda botas por encima de zapatillas aunque estas últimas sean más cómodas, el trayecto está adaptado al senderismo pero seguiremos encontrándonos piedras a cada paso que pueden resultar incómodas. Si vamos en temporadas de calor es esencial que nuestro calzado transpire en condiciones para evitar ampollas innecesarias.

Si queremos algo corto pero espectacular es mejor partir desde Caín. Está llena de puentes, con el camino más estrecho de la ruta logrando las vistas más sorprendentes. La sensación de caída es constante, perfecta si vamos a realizar solo parte del camino y no queremos que nuestros acompañantes se aburran. Por contra, partir desde Poncebos es más cómodo, se accede mejor y al ser la ruta más ancha para los niños menos entrenados será más adecuado; eso sí, es ascenso por lo que se cansarán antes.

Es mejor salir a primera hora de la mañana. El tiempo será más agradecido y, sobre todo, nos encontraremos muchas menos personas. No significa que sea más peligroso cuando hay mucha gente pero indudablemente será muchísimo más cómodo, pudiendo disfrutar del característico silencio natural de la zona mientras dejamos que nuestros pensamientos vuelen libres.

En invierno no nos encontraremos la ruta con nieve pero los picos sí, siendo peligroso cara a pequeños desprendimientos. El peligro es mínimo cara a un desprendimiento serio pero sí puede hacernos incómodo el trayecto. Por supuesto, como es natural en zona montañosa, el frío será constante pudiendo incluso haber precipitaciones. Si no estamos acostumbrados es mejor dejar la ruta para otro momento.

Como último consejo, el agua es imprescindible junto a un poco de comida. Mantenernos hidratados será fundamental pero muchas personas prescinden de la comida pensando en el almuerzo aprovechando los restaurantes de la zona. Es un error, el cansancio acumulado hará que tengamos que reponer fuerzas, si no llevamos nada para comer podemos fatigarnos mucho más de lo normal estropeando la experiencia.