Mareas Playa de las Catedrales

Visitar en Galicia, España, al municipio de Ribadeo es una oportunidad magnífica de acercarse a contemplar una maravilla natural única, la Playa de las Catedrales, un paraíso en el que sus principales atributos pueden aparecer y desaparecer a la vista, como por arte de magia, de un momento a otro sin previo aviso, esto debido a sus mareas. Para la visita hay que tomar en cuenta unos aspectos esenciales que ayudaran a todos los turistas a realizar el paseo sin ningún contratiempo.

Las Mareas de Playa de las Catedrales hacen del lugar un ambiente dinámico, en constante movimiento, con un ritmo acompasado por la influencia de la luna, el sol, el viento y el mar en todo el lugar, por lo que se recomienda principalmente tener el conocimiento del momento y la hora precisa en la que comienzan la mareas bajas y las mareas altas, manteniendo especial cuidado del desarrollo de esta última.

Conociendo cuando comienza la marea baja es conveniente comenzar el recorrido por el lugar una hora antes de que se produzca, bajando las escaleras a la derecha para poder apreciar a lo largo de unos 600 metros de longitud las extraordinarias formaciones rocosas que originan cuevas, grutas y pasadizos de los que provienen el nombre de catedrales colocado a la playa, todo esto para que cuando comience la marea alta ya el turista haya recorrido la mayor y mejor parte del trayecto.

Otra recomendación importante es hacer siempre la visita con una ropa cómoda, además de un buen abrigo para contrarrestar el fuerte viento que corre en la zona; si al momento de caminar por el lugar la marea no nos permite pasar con los pies calzados sin mojarlos, el visitante no debe arriesgarse a caminar descalzo ya que puede haber rocas y charcos profundos que pueden ocasionar perdidas de equilibrio y algunas lesiones. La conservación del espacio natural es de vital importancia por lo que se recomiendan lo siguiente: no ingerir alimentos ni bebidas, no trepar a las rocas, no se permite recolectar moluscos, algas y otras plantas que habitan en la playa, no se permiten la compañía de mascotas ni se deben dejar desechos ni residuos en el área.

El turista debe tener también en cuenta que durante la marea baja se producen pequeñas ensenadas en la que es posible que los más pequeños, los niños, pueden sumergirse en el agua sin ningún peligro. Si la visita se realiza mientras esta la marea alta lo mejor es disfrutarla desde el acantilado, con total cuidado de no acercarse en extremo a la orilla.