Gyermekvasút, tren dirigido por niños. Budapest
Viajero Curioso
• El nacimiento del trayecto más famoso de Hungría
Aunque hoy en día es una historia llena de encanto sus comienzos no fueron muy alegres. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial y el establecimiento del comunismo se buscó instaurar en Hungría lo que se llevaba haciendo años en el régimen: inculcar desde pequeños las ideas de la nación. De esta forma, tanto los pequeños como los mayores que se relacionarían con ellos normalizaban la situación que vivían, comprometiéndose con el proyecto social en el que se habían involucrado indirectamente.
Llegó a haber 600 niños trabajando en Gyermekvasút, un número estrambótico teniendo en cuenta que el proyecto en 1947 apenas contó con 80 niños, elegidos entre los más cualificados en el colegio. Personalidades del comunismo de la época lo tomaban a modo de ejemplo, mostrando que incluso los niños eran capaces de ejercer un trabajo ejemplar cuando se encontraban motivados. Nunca hubo queja alguna ni por parte de la población ni de los infantes, alegres por poder desempeñar una labor para su país.
Pero todo tiene su fin y es que, al igual que el resto de medidas doctrinales, con la caída del comunismo muchas de ellas fueron desapareciendo. El tren llegó a estar parado, recuperándose más tarde por meras cuestiones turísticas. Se eliminaron todas las referencias al comunismo, los colores característicos y se redujo el trayecto inicial por cuestiones de presupuesto. Los propios búlgaros abandonaron la atractiva zona de las colinas de Buda, acostumbrándose a un turismo internacional propiciado por la globalización que se vivió con la caída del comunismo.
• Un trabajo completamente adaptado
Puede parecernos una locura pero el trabajo que realizan estos niños de 10 a 14 años está completamente adaptado. Pueden ir al colegio, les dejan días libres en el caso de que los necesiten y nunca realizan trabajos forzados. El cambio de agujas lo realiza un adulto y conducir el tren como tal solo puede hacerlo un trabajador regulado. Todo lo demás está en sus manos, incluyendo la propia organización interna.
No hay que pensar que es sencillo trabajar en Gyermekvasút. Se necesita cumplir un entrenamiento de 4 meses que te enseña tanto las funciones que realizarás como los nombres e historias de las paradas relacionadas con el turismo. Hay que tener en cuenta que se trata de una línea de ferrocarril completamente normal, con sus correspondientes horarios, locomotoras que requieren mantenimiento y capacidad para solucionar los problemas que puedan surgir. Los niños son realmente trabajadores por pocas horas que desempeñen.
A día de hoy es la única línea de este tipo que sigue existiendo. En su momento hubo más de 50 líneas diferentes por todo el régimen comunista operadas por niños, pero todas ellas fueron desmantelándose con los años. Si el repentino turismo que comenzó a recibir Bucarest no hubiese hecho famoso este sitio a día de hoy habría tenido el mismo destino que sus homónimas.
• Conociendo Budapest con el Gyermekvasút
El trayecto es corto pero es perfecto si vamos a ir a Budapest de vacaciones. Se encuentra cerca de la ciudad, pudiendo ver una de las zonas más ocónicas de la ciudad como son las colinas de budas. Algunas de sus paradas nos llevarán a sitios como la Iglesia de Makkosmária o la Torre de Isabel, lugares que íbamos a visitar de todas formas. ¿Qué mejor forma de hacerlo que en una atracción por sí misma?
Los recorridos se realizan desde las 9 de la mañana hasta las 19:00 en verano, la mejor fecha si queremos disfrutar tanto del tren como de las paradas que realiza. No es un trayecto caro como tal, costándonos unos 700 forints (aproximadamente 2,5 euros) un billete de ida. Una experiencia que merece la pena aprovechando nuestras vacaciones.