Edimburgo, recorrido literario
Edimburgo turismo
Edimburgo es una ciudad dividida en dos partes: el casco antiguo, que creció alrededor del castillo, y la parte más moderna, con sus amplias calles y elegantes casas de estilo georgiano. Sus habitantes y calles empedradas llevan siglos inspirando a escritores que han creado obras famosas en el mundo entero. No en vano, en 2004 la ciudad escocesa fue nombrada la primera Ciudad de la Literatura de la UNESCO y cada agosto celebra la feria del Libro.
El mejor lugar para empezar el recorrido literario es precisamente el castillo, una fortaleza medieval que domina toda la ciudad y es la principal atracción turística de Escocia. Cerca del castillo está la catedral de San Giles, con más de nueve siglos a sus espaldas. Robert Burns, el principal poeta escocés, y el escritor Robert Louis Stevenson la conocían muy bien; ambos cuentan con sendos homenajes en su interior. En el empedrado exterior encontramos un mosaico en forma de corazón que marca la ubicación de la antigua prisión que Sir Walter Scott inmortalizó en El corazón de Midlothian. De camino al museo de los Escritores (Writers’ Museum), segunda parada, pasarás por Anchor Close, donde nació la primera edición de la Enciclopedia Británica y se imprimieron los poemas de Robert Burns.
El museo de los Escritores se encuentra en el edificio Lady Stairs House y está dedicado a los tres autores escoceses por excelencia: Robert Burns, Walter Scott y Robert Louis Stevenson.
Ningún amante de las letras debe dejar de visitar las bibliotecas: The National Library of Scotland, The Scottish Poetry Library y The Scottish Storytelling Centre.
Si te gustan las historias macabras te interesará saber que, para su obra El ladrón de cadáveres, Robert Louis Stevenson se inspiró en los famosos Burke y Hare, personajes del siglo XIX que acechaban a sus víctimas en el casco antiguo para vender los cadáveres a la facultad de medicina. Hoy en día puedes ver parte de los restos de Burke en el singular museo de Patología de la ciudad, en el Surgeons’ Hall.
Por su parte, Arthur Conan Doyle, que cursó sus estudios de medicina en Edimburgo, conocía bien el Surgeons’ Hall. Uno de sus profesores, Joseph Bell, fue el modelo en que se inspiró para crear su célebre detective, Sherlock Holmes. En una ocasión, el autor dijo al astuto y analítico Bell: “Sin duda alguna es a usted a quien debo Sherlock Holmes”.
El monumento a Walter Scott, una construcción de más de 60 metros de altura, se erige en los jardines de Princes Street. Si tienes energía suficiente para subir sus 287 escaleras, disfrutarás de unas magníficas vistas de la ciudad.
Varios escritores contemporáneos también han utilizado Edimburgo como telón de fondo. Se dice que J.K. Rowling tomó el imponente aspecto renacentista del colegio George Heriot como modelo en la creación de Hogwarts, la escuela de magia de Harry Potter. Finalmente, el aclamado y polémico novelista Irvine Welsh mostró al mundo una faceta algo más cruda de Edimburgo en su novela Trainspotting. La capital escocesa, en resumen, ofrece a sus visitantes la combinación perfecta de literatura e historia, dos al precio de uno.
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