7 razones por las cuales viajar a Roma

Roma, la capital de Italia, una las ciudades con más historia en todo el mundo. ¿Por qué no visitarla? No creo que existan razones de peso para no ir de paseo por lo menos durante una semana a esta hermosa urbe ubicada en el corazón de uno de los países más pintorescos del “viejo continente”. Roma, sede del Vaticano, de grandes museos, de obras ilustres como la “Fontana di Trevi” y de lugares preciosos como el Coliseo Romano, es una ciudad que te esperará con los brazos abiertos para que la conozcas y la disfrutes en su totalidad.

Durante el verano, es una ciudad mágica, llena de gente y con mucho calor. Podrás disfrutar de grandes caravanas de turistas y de visitantes ávidos de conocimiento y de fotos con los principales atractivos de la capital.

Sin embargo es durante las temporadas más frías, la primavera y el invierno, donde Roma luce su mejor rostro, donde al no estar tan congestionada le permite a los que la visiten conocerla a fondo, adentrarse en sus callejones, pasillos y espacios para sentir el verdadero espíritu romano.

Te diremos 7 razones por las cuales has de viajar a Roma lo antes posible sin ninguna duda:

1. Capital cultural: Roma posee una cantidad imposible de contabilizar de museos. De verdad, existen museos en todas las calles y zonas de la ciudad y hasta el mínimo aspecto cultural es digno de poseer uno. Además es notable la capacidad de los Romanos para percibir y admirar el arte, por lo cual es una ciudad donde te podrás empapar al 100% de las bellas costumbres como la de visitar museos.
2. Deporte: Si te gusta el deporte, en especial el fútbol, Roma es un sitio para ti. En el Estadio Olímpico de Roma juegan dos de los clubes más importantes de la nación, AS Roma y SS Lazio, quienes por cierto, juegan uno de los Derbis (Partido entre dos clubes de la misma ciudad) más calientes y admirables de todo el fútbol mundial.
3. Clima: Salvo los días más calientes del verano, donde la temperatura alcanza casi 45 grados Celsius, Roma es una urbe que garantiza un clima agradable, incluso en invierno, donde lo más frío que se puede registrar son -2 grados aproximadamente. No es particularmente cálido como otros sitios, pero si miramos un poco más arriba, hacia Alemania y Holanda, sabremos porqué -2 C durante invierno se agradecen.
4. Su gente: El Romano tiene fama de ser el más atento de los italianos a la hora de recibir a los turistas, incluso, si tu lengua madre es el español y no dominas en lo más mínimo, ellos te harán la estancia más placentera al esforzarse por hacerte entender y a su vez, entenderte a ti. Los italianos tienen mayor facilidad para el español que nosotros para su lengua. Otra característica es que están muy orgullosos de su ciudad, de su urbe. Por eso te alentarán a que sigas visitándola y te recomendarán lugares “secretos” donde disfrutar de la magia de la ciudad.
5. Vaticano: Probablemente no seas católico, pero da igual tu creencia –o que no la tengas, en tal caso- el hecho es que conocer El Vaticano es una obligación para cualquiera que viaje a Roma. Conocer el estado más pequeño del mundo, donde su gobernante pasa más tiempo fuera de su país que dentro de él. Además, podrás admirar algunas de las edificaciones más imponentes de toda la ciudad, que gozan de una opulencia y una majestuosidad que nos hace preguntarnos cuando estamos allí: ¿Y si fundieran todo este oro y se encargaran de educar y alimentar a los niños pobres en 3er mundo?
6. ¡Scooter!: Alquilar una motocicleta Scooter es una materia pendiente si vas a la viajar a la capital italiana, más aún si la visitas en pareja. Pasear por las estrechas calles de la ciudad en esta pequeña motocicleta es un placer digno de recordar toda la vida.
7. Cenas: Cenar en un restaurante con terraza, mientras te tomas un vino y admiras el cielo romano, sin duda es un placer que muchos deberían darse al hacer un viaje por Roma.

No te quedes con las ganas, visita Italia, visita sus ciudades, pero en especial visita su capital, Roma, la ciudad que nunca duerme, la ciudad más cultural de todo el mediterráneo.